Mensajera del día, alba sedeña,
con la luz auroral de su plumaje
enciende la penumbra del paisaje
en la quieta espesura ribereña.
Inclina el cuello esbelto, la risueña
cascada explora; pesca en el encaje
de la espuma y enreda en el celaje
la gracia de su estampa marfileña.
Y la grácil y acuátil mariposa,
su abanico de nácar, ala-rosa
extiende por la arena adormecida....
Y por pálidos nimbos seducida
alza el vuelo rasgando la temprana
transparencia de luz de esta mañana.
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