el mago de la tómbola encantada:
una vieja pancarta colorada,
un enjambre infantil que le seguía.
-¡Gran función esta noche!- prometía,
La cobra negra convertida en hada,
la bruja en la cornisa cabalgada
tejiendo el sueño de la hechicería.
Era empresario, mago y boletero;
decorador, acróbata y vigía
en la punta de un palo, y trompetero.
Dónde estará el raudo mensajero
de tanta y tan lejana algarabía?
Ya no lo sé. Mas, vive todavía.
en el tablado de mi fantasía.
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